Esta tarde cuando volvía del campo y observaba por la ventana el paisaje medio nuboso y con una luz del sol inmensa, me acordé de tí otra vez Señor y te di las gracias por este día tan maravilloso que nos has regalado y comparé esas nubes con nuestros miedos y nuestros pesares y que Tú, siempre estás ahí, aportándonos tu luz, tu energía, tu calor, y que no nos dejas, y que aunque venga la noche, vuelves por la mañana para darnos un rayo de luz, una esperanza a todas nuestras preocupaciones.
Señor, yo creo, espero, adoro y os amo. Te pido perdón por los que no creen, esperan, adoran y no te aman..
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