"Subio Jesús a una montaña y fue
llamando a los que él quiso, y se fueron con él" (Mc, 3-13) ...El no
llama a los que son dignos, sino a los que él quiere... No es, pues,
cosa del que quiere o del que se afana, sino de Dios que es
misericordioso, Durante mucho tiempo me he preguntado por qué tenía
Dios preferencias, por qué no recibían todas las almas las gracias en
igual medida... Jesús ha querido darme luz acerca de este misterio.
Puso ante mis ojos el libro de la naturaleza y comprendí que todas las
flores que él ha creado son hermosas, y que el esplendor de la rosa y
la blancura del lirio no le quitan a la humilde violeta su perfume ni a
la margarita su encantadora sencillez... Comprendí que si todas las
flores quisieran ser rosas, la naturaleza perdería su gala primaveral y
los campos ya no se verían esmaltados de florecillas... Eso mismo
sucede en el mundo de las almas, que es el jardín de Jesús. El ha
querido crear grandes santos, que pueden compararse a los lirios y las
rosas; pero ha creado también otros más pequeños, y éstos han de
conformarse con ser margaritas o violetas destinadas a recrear los ojos
de Dios cuando mira a sus pies. La perfección consiste en hacer su
voluntad, en ser lo que él quiere que seamos...
Sta. Teresita
Hitoria de un alma cap. I, v. 1 y 2
Hitoria de un alma cap. I, v. 1 y 2
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