Hemos comenzado un nuevo año, y con él empiezan nuevas esperanzas y nuevos deseos de cambiar muchas cosas. A mí me gustaría proponer que al igual que aquellos magos, le regalaron oro, incienso y mirra, podriamos regalarle a nuestro Señor, este año y los siguientes, nuestras mejores acciones, ampliar nuestra fe y amor para Él.
lunes, 11 de enero de 2010
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